Formación y consolidación del reino de Portugal
Mucho antes de que Portugal lograra su independencia hubo algunos intentos para alcanzar una mayor autonomía, e incluso la independencia, por parte de los condes que gobernaban las tierras del condado de Galicia y de Portucale.
Formación y consolidación del reino
Mucho antes de que Portugal lograra su independencia hubo algunos intentos para alcanzar una mayor autonomía, e incluso la independencia, por parte de los condes que gobernaban las tierras del condado de Galicia y de Portucale. Con la idea de acabar con este clima independentista de la nobleza local en relación al dominio leonés, el rey Alfonso VI de León entregó el gobierno del condado de Galicia, que en aquel momento incluía las llamadas «tierras de Portucale», al conde Raimundo de Borgoña. Tras muchos fracasos militares de Raimundo contra los árabes, Alfonso VI decidió dar en 1096 al primo de este, el conde Enrique de Borgoña, el gobierno de las tierras más al sur del condado de Galicia fundándose así el condado Portucalense. Con el gobierno del conde Enrique de Borgoña, el condado conoció no solo una política militar más eficaz en la lucha contra los árabes, sino también una política independentista más activa.
Tras su muerte y la llegada al poder de su hijo Alfonso Enríquez, Portugal consiguió la independencia con la firma en 1143 del tratado de Zamora y reconocida por el papa Alejandro III en la bula Manifestis Probatum en 1179. Posteriormente, conquistó localidades importantes como Santarém, Lisboa, Palmela y Évora. Una vez acabada la Reconquista portuguesa en 1249, la independencia del nuevo reino fue puesta en entredicho varias veces por el reino de Castilla. La primera fue debida a la crisis sucesoria abierta tras la muerte de Fernando I de Portugal, que acabó con la victoria portuguesa en Aljubarrota en 1385.
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